Sobre el cambio sin venganzas.
Por: Alberto Luzárraga
En un reciente artículo publicado en el diario El País (Madrid España) la autora, Ileana de la Guardia, pide urgentemente que se piense en cambios sin venganza y sin paredones. ¿Pero, cabe preguntar quien propone una venganza estilo castrista? No hemos visto ninguna petición de ese tenor entre los miles de cubanos que han escrito y menos entre las gentes sensatas de cualquier condición social o cultural. Habrá sin duda algún exaltado que diga tonterías en el seno de su hogar o amistades pero una corriente de odio sanguinario no la hay. La recepción pacífica de tantos exiliados que anteriormente sirvieron a Castro prueba el aserto.
La autora debe preocuparse no del exilio sino de los que en Cuba deseando bañarse en el Jordán sacrifiquen a otros para así lavar su culpa. Es recurso usado desde tiempo inmemorial. Lo que Castro hizo con su padre lo quisieran emular algunos más de la cúpula. Si eso es lo que teme entonces puede estar bien orientada.
El exilio sensato pide un estado de derecho. En ese estado se tiene pleno derecho de expresión como lo han garantizado todas nuestras constituciones tal y como detallamos en nuestro libro ‘Diálogo de la Tercera República’. Se tiene también la presunción de inocencia y el derecho a un juicio con todas las garantías procesales que allí se explican. Los mendaces procesos "judiciales" castristas como el que sufrió el padre de la autora no serian admisibles en un país normal. Pero lamentablemente es el precio que se paga por servir a la anormalidad y al capricho de un hombre. Dice bien la autora que el régimen representa una “siniestra farsa en la que los cubanos somos víctimas y actores desde hace 49 largos años” y en ello está acertada.
Una de las características de la farsa es un régimen que se presentaba como paladín de los pueblos mientras se dedicaba al tráfico de drogas como fuente de fondos. Se mencionan 'supuestas' transacciones de drogas del régimen castrista. El mendaz y pre-decidido proceso contra De La Guardia no probó nada con arreglo a derecho. Pero sí es cierto que las malandanzas del régimen están ampliamente documentadas por copiosos testimonios, independientes de los Castros, vertidos por, entre otros, elementos del hampa detenidos y condenados en los Estados Unidos.
El que Ileana De La Guardia tenga derecho a expresarse implica que otros también puedan hablar. Reprocha a Zoe Valdés por querer hacer pedir perdón a coro a todos los militares que por la fuerza de las armas han creado tanto dolor y tanta separación. Valdés no hace sino usar una figura retórica para hacer resaltar una responsabilidad. No es una figura absurda y comparar esto con la justicia maoísta es una exageración chocante. Si hipotéticamente fuera posible y con sólo eso se liquidaran 50 años de abusos, bien barato sería pues un proceso judicial con todas las garantías-como debe llevarse-- cuesta mucho en tiempo y recursos.
Decirle a usted que se calle como hace Zoé Valdés no es necesario pues tiene usted derecho a hablar lo que le plazca pero sí debe hacerlo con prudencia y conocimiento de causa. Tal vez eso era lo que Valdés quería decir. Sus comentarios sobre que una valorización de los salarios ya está en curso revelan que entiende usted poco de la economía cubana y de la economía en general. Los salarios en Cuba no valen por que el dinero no vale y no vale porque llevamos 50 años emitiendo papelitos con grabados revolucionarios respaldados por nada porque el pueblo no produce. Es el antiguo adagio soviético: Uds. simulan pagarnos y nosotros simulamos producir.
Para producir hace falta incentivo, capital, libertad de empresa, empresarios con capacidad gerencial e ideas. Y sobre todo lo, que usted reclama: Seguridad jurídica y Poder Judicial independiente. O sea todo lo que Castro y comparsa aniquilaron por 50 años durante esa ‘siniestra farsa’. Pensar que se va a liquidar la farsa y que nos vamos a poner en camino de mejorar con un estado dirigido por los autores del entuerto es ilusorio.
No se trata de venganzas. Se trata de recomponer un desastre y para ello es preciso justicia económica en el trato al trabajador, justicia con los malversadores, justicia con los criminales, justicia equilibrada y seria sin penas de muerte. Y no justicia sangrienta de muchedumbre y consignas. Lo único que evita las venganzas es la justicia en un estado de derecho. Nadie se la puede tomar por su mano. A todo acusado se le presume inocente y hay que probarle la culpa en un proceso contradictorio: Tú dices y yo digo. Es la base del proceso justo. Pero no hacer justicia y pretender que nada pasó es una gran injusticia. El pueblo la reclamará tal como la han reclamado todos los pueblos que salieron de tiranías de derecha o de izquierda.
Ud. dice llevar 18 años exiliada. Son pocos comparados con otros que no pertenecían a la clase gobernante y no es mérito digno de resaltar. Hable Ud. y escriba todo lo que le parezca pero medite en el pasado, por que ocurrió y como se debe arreglar el presente. Ningún ser humano domina todas las materias pero siempre es posible aprender lo necesario para contribuir. Instrúyase sobre lo que ignora y contribuya. Todos los cubanos de buena voluntad deben de ser bienvenidos al concurso de ideas y ello la incluye a usted.