Recomponiendo al Hombre Nuevo: Ideas Nuevas, Actitud Nueva.
Por: Alberto Luzarraga
IV de IV
¿Por qué decimos nuevas? En definitiva no hay nada nuevo bajo el sol como bien dice la Biblia. En realidad lo que decimos es: No copiar.
Cuando leemos el lenguaje usado por los gobernantes actuales, dirigentes y sus propagandistas encontramos una terrible abulia mental. Repiten todos los clichés que están de moda en los Estados Unidos y en el mundo y les añaden su aburrido giro de fingido socialismo. Así hablan de 'diversidad', 'género' en vez de sexo masculino o femenino, interrupción del embarazo en vez de aborto y demás palabrería que calza con lo que apuntaba Orwell cuando hablaba de la creación del 'new speak' en el nuevo estado totalitario.
Copian así, simiescamente el lenguaje de la corrección política prevaleciente en ciertas clases del llamado mundo occidental.
La misma abulia se nota en sus propuestas económicas copiadas de lo peor y no lo mejor que ofrece el socialismo académico occidental. Importante, porque esta tendencia, en occidente, no ha logrado nada excepto confundir y retrasar. Amén de servir de apoyo a la nueva modalidad de socialismo “avanzado” que consiste en hablar mucho del pueblo y de facto caer en un capitalismo de amigos, proteccionista e hipócrita en que se reparten prebendas, contratos de gobierno y privilegios. Es en realidad un neofascismo disimulado con slogans socialistas.
Y voy al grano. Para salir del atolladero no solo debemos rechazar lo anterior, hay que usar la cabeza y saber escoger. Se trata de prudencia inteligente.
Muchos países que salieron del comunismo sufrieron los embates de una nube de supuestos sabios occidentales, teorizantes que no tenían la menor idea de como hacerle frente a un desastre porque nunca se habían topado con él. Y menos aún hacerle frente a la realidad de tener que solventarlo. No es lo mismo teorizar que hacer. Y esto vale también para muchas de las agencias internacionales pobladas de señores con buenas intenciones e ideas a veces altamente impråcticas.
Atención: Nadie sabe mejor que los cubanos lo que hay en Cuba. Tontos no somos, ni vagos tampoco. Tenemos otros defectos no esos. Aprovechemos pues, el enorme talento que tenemos diseminado por el mundo para arreglar a Cuba unido al enorme capital que han acumulado los cubanos.
Para lograrlo hay que pensar diferente, hay que ir a 'simple stupid' excelente frase americana que se traduciría libremente como: no compliques y manten lo que hay que hacer a un nivel comprensible. Los países salen de las crisis cuando el pueblo enfoca en pocos temas claros y se une para lograrlos. Aquí van varias bases simples y una precondición:
Los hijos de papá no resolverán nada aunque se asocien con quien sea. Les daran el negocio hecho y administrado por otros. Su aportación creativa sera cero. Les interesa solamente mantener sus privilegios y engrosar sus cuentas externas. Pero van a intentar comprar al pueblo con baratijas consistentes en un poco menos de miseria. Es una nueva clase parásita. No cabe en una Cuba nueva y sana.
El superpuerto de contenedores del Mariel financiado por Brasil, pagadero con trabajo de explotación a médicos cubanos, y administrado por una compania de Singapur, es un ejemplo clásico de explotación por partida doble porque se contrata mano de obra cubana a través de la compañía intermedia que siempre inserta el gobierno cubano para cobrar bien al usuario y pagar mal al trabajador. Lo mismo que hacen con los médicos cubanos enviados al Brasil para pagar la deuda contraída.
Bases:
1- Hay que abrir la economía en forma que el talento personal y el esfuerzo tengan un ámbito favorable. Un buen gobierno quita obstáculos y solo vela por que las cosas funcionen y no haya abusos.
2- El sistema político tiene que forzosamente ir a controlar el tamaño del gobierno y la eficacia de su gestión. Nadie manejaría un negocio dándole a un apoderado facultades absolutas por varios años. El modelo de democracia representativa con elecciones periódicas para sacar a los “malos” y reemplazarlos por los “buenos” es ya infantil. Sin controles de gestión no se sabe quien es quien hasta que ya resulta muy tarde y muy caro. Con el avance de la informática existen multitud de medios para remediarlo.
3- Tenemos que crear un sistema político que refleje esta necesidad. Hablar tan solo de libertad es una quimera. No hay libertad con un gobierno corrupto y sobre-dimensionado. No la puede haber porque su peso sobre la población es asfixiante. El pueblo cubano lo ha experimentado en su carne.
4- El dicho popular es ‘hay que 'resolver’. Pues bien precisa enfocar esa idea, que hoy significa muchas cosas y no todas buenas, para que lograr que Cuba sea lo que puede ser y para ello precisamos abrir la mente y el corazón. Es lo que antes llamábamos prudencia inteligente, que suele ser casi instintiva después de un gran desastre como el que sufrieron Alemania y Japón cuyos pueblos enfocaron y salieron adelante.
Tenemos en contra un proceso lento y largo de desintegración nacional compensado por un exilio pujante que no olvida a la patria. El nuestro ha sido un desastre dosificado y enervante que rebaja la capacidad natural del cubano para desenvolverse; no obstante lo cual reacciona favorablemente cuando emigra y tiene oportunidades.
Para salir adelante es preciso inyectar esa fuerza latente, y retirar los frenos que son la clase parasitaria que hoy gobierna. Pretende perpetuarse en el poder implantando el neofascimo a punta de pistola.
Su freno natural es una clase educada y competente que cree riqueza con trabajo honesto. Ambas no pueden coexistir.
¿Habrá bastantes cubanos dentro y fuera de Cuba que entiendan de que se trata y no se presten a componendas ? El tiempo lo dirá.