¨La Tortura, método sistemático de castigo en Cuba.
Por:Dr. Darsi Ferrer Ramírez, Director del Centro de Salud y Derechos
Humanos
Juan Bruno Zayas. Licenciado Jaime Leygonier Fernández, Periodista
Independiente.
Licenciado Carlos Ríos Otero, Periodista Independiente.
El Sr. Fidel Castro y autoridades de su gobierno condenan los casos de torturas
referidos a otros escenarios mientras que, a la par, niegan rotundamente que se
emplee ese tipo de métodos en Cuba.
La Organización de Naciones Unidas, en su Resolución 3452 (xxx), de 9 de
Diciembre de 1975, define como tortura:
Artículo 1
.. se entenderá por tortura todo acto por el cual un funcionario público, u otra
persona a instigación suya, inflija intencionalmente a una persona penas o
sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o
de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya
cometido o se sospeche que ha cometido, o de intimidar a esa persona o a otras.
No se considerarán torturas las penas o sufrimientos que sean consecuencia
únicamente de la privación legítima de la libertad, o sean inherentes o
incidentales a ésta, en la medida en que estén en consonancia con las Reglas
Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos.
La tortura constituye una forma agravada y deliberada de trato o pena cruel,
inhumano o degradante.
Desde el mes Julio de 2005 la policía política mantiene bajo arresto a 14
disidentes por el supuesto delito de ¨alteración del orden público¨. La mayoría
de ellos fueron arrestados en sus hogares sin que hubieran participado en
ninguna actividad, a otros los apresaron en la calle al manifestarse
pacíficamente por el aniversario de la masacre del Remolcador ¨13 de Marzo¨, y,
los menos, cuando intentaban realizar una protesta frente a la embajada
francesa.
Curiosamente, aunque no ofrecieron resistencia, durante sus detenciones muchos
resultaron golpeados por turbas de porristas dirigidas por oficiales de la
seguridad del estado, entre quienes se destacaron por el marcado nivel de
violencia los altos funcionarios del gobierno: Sr. Pedro Saenz Montejo, Primer
Secretario del Partido Comunista de la Capital y el Sr. Hassán Pérez, Segundo
Secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas. Aunque los agresores sí alteraron
el orden, rompieron cabezas, fracturaron costillas, etc., en ningún momento se
les ha molestado para que respondan a la justicia.
Los disidentes llevan seis meses de arresto sin juicio y sin presentarles
cargos. Encerrados cada uno en celdas tapiadas de tres metros de largo por dos
metros de ancho, donde los hacinan junto a tres delincuentes comunes y, a veces,
hasta con peligrosos enfermos psiquiátricos.
En ese espacio reducido la falta de higiene es total. Celdas que por instalación
sanitaria tienen un turco tipo letrina, algunos por tupiciones desbordan
excrementos; desprovistas de ventanas y con mínima ventilación a través de las
ranuras, incapaz de atenuar la fetidez que están obligados a respirar los
recluidos; sin agua para asearse y la de beber racionada a una cantidad inferior
al mínimo que requiere la salud humana; privados de luz natural, solo escasos
minutos diarios en locales enrejados.
La alimentación para estas personas es pésima, por debajo de la cantidad de
calorías imprescindibles fisiológicamente y carente de valor nutritivo, sin
proteínas y de mala calidad; su ingestión le provoca vómitos a la mayoría.
A estos detenidos su único contacto con el exterior se lo limitan a 10 minutos
semanales de visita con los familiares más cercanos (un máximo de tres),
encuentro que se realiza en presencia de un oficial con ordenes de prohibir la
entrega de alimentos, literaturas y hasta determinadas conversaciones.
También son privados del contacto con sus abogados defensores. No tienen derecho
a llamadas telefónicas, correspondencia, servicio religioso o asistencia por un
sacerdote.
En estas condiciones de encierro permanecen:
1- Ricardo Santiago Medina Salabarría, 37 años de
edad.
Arrestado en su domicilio, después de esposarlo lo empujaron escaleras a bajo a
la vista de sus tres niñas y su señora; por esa caída sufrió contusión en la
columna vertebral que le produce neuralgia braquial como secuela. Por el estréss
del encierro debutó con Diabetes Mellitas e Hipertensión Arterial, enfermedades
crónicas que nunca había padecido, sin que hasta ahora haya sido hospitalizado
para chequearlo e imponer el tratamiento adecuado. Igualmente le niegan que
tenga en su poder un glucómetro y un equipo para medirse la tensión arterial.
Sufre, además, de trastornos del sueño y tiene una pérdida significativa de peso
corporal.
2- René Montes de Oca Martijo, 43 años de edad.
La golpiza durante el arresto le produjo traumas en las costillas y lesión con
impotencia funcional del brazo. Tiene antecedentes de Hernia Discal y Neuropatía
Periférica, esta última por la carencia nutricional extrema durante la anterior
condena política. Actualmente está ingresado en la sala de penados del Hospital
Militar ¨Finlay¨, con serias dificultades para deambular, por el agravamiento de
su Neuropatía en este período de celda. Presenta cuadro de dolores
osteoarticulares, trastornos digestivos y crisis repetidas de sacrolumbalgia.
3-Oscar Mario González García, 64 años de edad.
Lo arrestaron cuando salía de su hogar para comprar pan. Periodista que antes de
ser apresado únicamente padecía de acidez ocasional. A las varias semanas de
calabozo presentó cuadro de trastorno psiquiátrico, con síntomas de confusión
mental y ruptura con la realidad. Lo hospitalizaron en la sala de penados del
Hospital Militar ¨Finlay¨ y posteriormente fue regresado a la celda, donde
mantiene síntomas ocasionales de disociación mental, alteración del sueño,
crisis depresiva y claustrofobia, además, ha perdido más de treinta libras de
peso.
3- Emilio Manuel Pérez Soria, 49 años de edad.
Lesionado durante el arresto por los golpes que le propinaron en la cabeza,
tórax y brazos. Padece de Ulcera Péptica y en la celda se le produjo una
Linfangitis Aguda en la pierna izquierda, tan severa que casi lo imposibilita de
caminar. Ha perdido más de 25 libras de peso y está muy alterado de los nervios.
4- Roberto de Jesús Guerra Pérez, 27 años de edad.
En Octubre se declaró en huelga de hambre por 16 días en demanda de atención
médica. Lo ingresaron por unos días en la sala del Hospital Militar ¨Finlay¨ y
lo regresaron a la celda. En Diciembre volvió a declararse en huelga de hambre
por el mismo motivo, la que debió abandonar por el deterioro marcado de su
salud. Tiene antecedentes de Asma Bronquial, Espina Bífida y Pielonefritis
Crónica. Durante la reclusión ha tenido crisis de Asma, fuertes dolores
osteomusculares e Infecciones Renales a repetición con sangre en la orina. Lleva
varias semanas con síntomas de sangramiento digestivo alto (vómitos y heces
fecales con sangre). Ha perdido más de 20 libras de peso y está muy pálido con
tinte ictérico de la piel y mucosas. Su esposa es amenazada por el instructor,
Capitán José Águila Lagos, para que no informe a la prensa independiente sobre
el estado de salud y condiciones de reclusión de Roberto.
5- Lázaro Alonso Román, 28 años de edad.
Antecedentes de Gastritis Crónica. Ha perdido más de 25 libras de peso y
presenta infección en la piel, insomnio, pérdida del apetito y crisis de
ansiedad.
6- René Gómez Manzano, 63 años de edad.
Abogado que fue arrestado en su casa estando en cama por un proceso gripal. Por
la violación de los derechos que le corresponden como detenido se declaró en
huelga de hambre y sufrió tal deterioro de su salud que lo ingresaron unos días
en la sala de penados del Hospital Militar ¨Finlay¨. Las instancias judiciales
le niegan el derecho al Habeas Corpus que presenta su familia.
7- Julio Cesar López Rodríguez, 38 años de edad.
Presenta una considerable pérdida de peso de alrededor de 50 libras, además,
sufre de dolor en la región hepática abdominal, vómitos frecuentes, trastornos
del sueño, crisis ansiosa-depresiva. Tiene antecedentes de Fiebre Reumatoide,
Úlcera Péptica e Hipertensión Arterial.
9- Emilio Leyva Pérez, 40 años de edad.
Tiene antecedentes de Úlcera Péptica, Hernia Hiatal e Insuficiencia
Circulatoria, padecimiento este del que se ha descompensado bastante durante el
encierro, provocándole dolor, inflamación, tumefacción y calambres en las manos
y pies. Sufre de pérdida de peso cercana a las 40 libras, infección de la piel y
de Escabiosis (Sarna).
10- Santiago Valdés-Hoya Pérez, 35 años de edad.
Saludable antes del arresto. Debutó en el calabozo con Hipertensión Arterial que
le provocó un cuadro de Isquemia Cerebral Transitoria. Se queja de frecuente
dolor testicular por Varicoceles que requiere de intervención quirúrgica. Ha
perdido más de 20 libras y contrajo infección en la piel y una Micosis extensa
en el cuero cabelludo.
11- Francisco Moure Saladriga, de 46 años de edad.
Apresado en su hogar. Ha perdido más de 20 libras. La reclusión le ha afectado
la visión con disminución progresiva de la misma. Sufre de frecuentes dolores
osteomusculares, infección en la piel, Pediculosis (Piojo), trastornos del sueño
y crisis de ansiedad.
12- Miguel Ángel López Santos, de 50 años de edad.
Tiene antecedentes de trastornos Psiquiátricos, Epilepsia, Úlcera Péptica y
Neuropatía Periférica, patologías estas que se le han agravado en el calabozo.
Se adicionan a su estado de salud frecuentes dolores osteomusculares y pérdida
significativa de su peso corporal.
13- Raúl Martínez Prieto, de 42 años de edad.
Presenta descompensación de su Hipertensión Arterial y en varias ocasiones ha
tenido cuadros de Neumonía. También sufre de Pediculosis, trastornos del sueño,
pérdida del apetito y disminución importante del peso corporal.
14- Camilo Ernesto Cairo Falcón, de 34 años de edad.
Tiene antecedentes de Asma Bronquial, y ha presentado severas crisis durante
todo el tiempo de reclusión. Ha tenido varios cuadros de Neumonía y últimamente
sufre de Estomatitis Herpética que le dificulta seriamente la ingestión de
alimentos. Al arrestarlo lo golpearon salvajemente, lo que le provocó
perforación del tímpano en el oído izquierdo, dos fracturas costales aún no
consolidadas y heridas en la cabeza. Por la depauperación de su salud lo
mantienen ingresado en la sala de penados del Hospital Militar ¨Finlay¨.
Como demuestran los hechos, desde el arresto esos seres humanos son sometidos a
sufrimientos físicos y mentales que inducen daños irreversibles en el estado de
salud de cada uno de ellos. Las condiciones en las que los confinan no cumplen
las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos en los Centros
Penitenciarios.
Ello explica que en todos los casos aparecieran enfermedades y se descompensaran
las existentes, así como el serio daño psicológico en todos, incluso la
aparición de trastornos psiquiátricos con pérdida de la razón en dos de ellos.
Es lógico reconocer que esos perjuicios ocasionados a sus organismos inciden
directamente limitando la calidad de vida por el resto de sus días, con la
consecuencia natural de acortar les su esperanza de vida.
Después de someterlos a condiciones de encierro que hacen imposible la
conservación de la salud, el brindarles asistencia médica constituye otro
mecanismo para presionar a los reos y sus familias, de hecho, de los catorce
ninguno están recibiendo tratamiento médico adecuado.
Las familias además de ser víctimas de los sufrimientos y traumas por la
situación de sus seres queridos, soportarán en el futuro las limitaciones
permanentes por los daños físicos, psicológicos, económicos y de marginación
social.
Como prueban las circunstancias de sus arrestos, estas personas no alteraron el
orden, no obstante, si hubiesen incurrido en algún delito, no existe
Justificación Legal ni Moral para el trato que se les da y para sostener la
negativa de las autoridades a reconocerles derechos al Habeas Corpus, otorgarles
fianzas o presentarlos a juicio.
Al valorar los elementos anteriores se impone la presunción de que en el país
existe ensañamiento como método de castigo para intimidar a quienes sostienen
convicciones políticas opuestas a la oficialidad.
En ese sentido, debe señalarse que en el año 2002 también por presunta
¨alteración del orden¨, otro grupo de opositores sufrió prisión prolongada sin
juicios ni cargos, en condiciones similares de cautiverio que ocasionaron daños
en el estado de salud de todos; entre ellos:
El Sr. Leonardo Bruzón Ávila, saludable en el momento de su arresto, en la
cárcel estuvo a punto de morir por las huelgas de hambre que hizo exigiendo su
derecho a juicio o su liberación. Fue excarcelado con Diabetes Mellitus,
Hipertensión Arterial, Hiperlipidemia, Ataques Transitorios de Isquemia,
Polineuropatía, Neurosis Depresiva Severa, además de perder los dientes y sufrir
marcada pérdida de la visión.
El abogado Juan Carlos González Leyva, único Ciego en el mundo preso de
conciencia, cuya limitación se sobre entiende resulta incompatible con el
régimen carcelario y, por ello, aún después de excarcelado no puede recuperarse
de los trastornos psiquiátricos que contrajo en la prisión.
En el 2003 le tocó el turno a otro grupo de 75 opositores pacíficos que todos
testimonian progresivo deterioro de la salud física y psíquica, incluso las
autoridades extendieron licencias extrapenales eventualmente a 15 de ellos por
lo delicado de su salud, y no se conoce de uno solo que se conserve saludable.
En el 2004 la acumulación de esas condiciones carcelarias infrahumanas provocó
el estallido de motines sangrientos en la Prisión Provincial ¨Combinado del
Este¨ y en la Prisión "1580¨, ambas en la Ciudad de la Habana, con un
saldo de
varias decenas de muertos y lesionados.
Son incontables los casos que ilustran la Práctica Sistemática e
Institucionalizada de métodos que, según la definición de las Naciones Unidas,
tipifican como Tortura en las cárceles de Cuba, aplicados con el propósito de
Castigo e Intimidación.
Sugerimos a las autoridades del país que niegan tales prácticas que investiguen,
además de estos casos expuestos, la situación de los más de trescientos presos
políticos que en la actualidad cumplen injustas condenas.
Como norma en los más de doscientos centros penitenciarios del país, que
albergan una población penal cercana a los cien mil reclusos, estos carecen de
protección frente a los tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Le recomendamos al Gobierno Cubano que asuma la obligación de respetar su propia
legislación penal y, de igual modo, las legislaciones internacionales contra la
tortura establecidas por los Organismos Multilaterales.
A la vez, pedimos a la Cruz Roja Internacional, al Comité de Detención
Arbitraria de la ONU, así como a los Gobiernos e Instituciones Democráticas, le
exijan al Gobierno Cubano que reconozca y aplique esas legislaciones.
Dado en la Ciudad de la Habana, a los 9 días de Enero de 2006.