Por: Maria Teresa Villaverde Trujillo
ashiningworld@cox.net
EL ANDARIN CARVAJAL
(1875- 1949)
Se dice que Félix Carvajal Soto nació en La Habana, aunque tiempo después, pero no se sabe cuando exactamente, la familia se trasladó a San Antonio de los Baños, posiblemente en busca de mejores condiciones de vida. De joven Carvajal realizó distintos tipos de oficios pero fue el de cartero el que lo inmortalizaría con su eterno caminar, aflorando ya sus dotes de andarín.
Corría la época de la contienda mambisa y algunos lo sitúan en Tampa como emigrante, y mas tarde expedicionario. Completa su cooperación en la contienda independentista como correo de guerra por lo que se le ha considerado miembro del ejercito libertador.
En 1904 tiene conocimientos de las Olimpiadas de San Luis, en Missouri, Estados Unidos, las primeras que se celebrarían en territorio norteamericano. Había que proveer los gastos. Siendo tan pobre tuvo que dedicarse por cuenta propia a realizar presentaciones en plazas y parques, corriendo sin parar hasta que, juntándose un poco de curiosos, él se detenía y pasaba el sombrero para que le echaran algunas monedas. También la leyenda cuenta que se colgaba carteles que decían: “coopere con este atleta que quiere participar en las olimpiadas”.
Fue aquella una participación singular. Acudió sin entrenador, sin recursos económicos o apoyo físico. Arribó a la línea minutos antes de la arrancada, agobiado por el hambre, vistiendo unos pantalones viejos y las botas de cartero....¡los únicos zapatos que tenía!
Hay una anécdota real que cuenta que solo comió durante el recorrido unas manzanas que le indispusieron para el resto de la competencia, aunque se mantuvo en la carrera hasta el kilómetro 35 y a solo media hora de la medalla de oro. Catorce participantes llegaron a la meta y Carvajal en cuarto lugar, en una competencia donde primó el agotamiento de sus contrincantes.
Félix Carvajal aceptó muchos retos, desafió otros tantos, y enfrentó algunos; como cuando un buen día amarró una vieja maleta y en barco se trasladó al Viejo Mundo, donde le esperaba una sorpresa al llegar a la ciudad de Atenas, en Grecia. La maratón se había celebrado tres días antes.
Nunca la pobreza dejó de acompañarle. Fue como una amante doncella hasta el día de su muerte, la que llegó sin aun haber recibido de sus contemporáneos ni el mas simple homenaje a su tenacidad....ni a su fama de andarín ....la que fue creciendo hasta convertirlo en una leyenda.
Octubre 18, 2007
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