Damas de Blanco dirigen una carta a los obispos, miembros del
Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) reunidos en la Habana, Cuba
del 9-14 de julio, 2007.
A continuación texto de la carta enviada desde La Habana por la Dama de Blanco Miriam Leiva.
Atentamente,
Laida Carro
Activista de Derechos Humanos
Coalición de Mujeres Cubano-Americanas
A continuación texto de la carta enviada desde La Habana por la Dama de Blanco Miriam Leiva.
Atentamente,
Laida Carro
Activista de Derechos Humanos
Coalición de Mujeres Cubano-Americanas
MIGUEL VALDÉS TAMAYO
Condenado a 20 años de cárcel durante la Primavera Negra del 2003. Recibió Licencia Extrapenal por serios problemas cardíacos.
FALLECIÓ EL 10 DE ENERO 2007
(Foto 10 de Diciembre de 2006)
PRIMER MÁRTIR DE LOS 75 prisioneros de conciencia de Marzo del 2003. 59 permanecen en las cárceles. 11 con Licencia Extrapenal por enfermedad pueden ser retornados. Más de 250 reos políticos en terribles condiciones.
Condenado a 20 años de cárcel durante la Primavera Negra del 2003. Recibió Licencia Extrapenal por serios problemas cardíacos.
FALLECIÓ EL 10 DE ENERO 2007
(Foto 10 de Diciembre de 2006)
PRIMER MÁRTIR DE LOS 75 prisioneros de conciencia de Marzo del 2003. 59 permanecen en las cárceles. 11 con Licencia Extrapenal por enfermedad pueden ser retornados. Más de 250 reos políticos en terribles condiciones.
Eminencias:
Las Damas de Blanco nos sentimos muy honradas de darles la bienvenida en La Habana, Cuba, al tiempo que ciframos grandes esperanzas en recibir su bendición, sus plegarias y su preocupación por conocer y contribuir a mitigar las difíciles condiciones en que se desenvuelve la vida cotidiana de nuestros prisioneros de conciencia y políticos pacíficos, así como de fieles católicos y de otras religiones, y la población en general desde hace casi cinco decenios, sin que se vislumbre cambios en el futuro inmediato.
Nuestros prisioneros de conciencia y políticos no tienen la posibilidad de recibir asistencia religiosa en las cárceles; en muy escasas ocasiones se permite. Como el gobierno cubano no reconoce su existencia, los mezclan con presos comunes de alta peligrosidad. No se cumplen las Normas Mínimas para el Tratamiento de Prisioneros de las Naciones Unidas, ni se autoriza el acceso de prestigiosas organizaciones como la Cruz Roja Internacional y Amnistía Internacional. Las condiciones de prisión son deplorables para todos los reos, incluidos las decenas de miles de comunes, fundamentalmente jóvenes y negros. La mayoría de nuestros seres queridos han sufrido un alarmante deterioro de su salud durante los cuatro años de cautiverio, sin que reciban la asistencia médica adecuada.
Nuestras familias han estado sujetas a diversas formas de tortura psicológica, con particular sufrimiento para los niños y ancianos que no los pueden visitar porque están a cientos de kilómetros de distancia, en un país donde el transporte es casi inexistente; y a nosotras se nos vigila y reprime por ser las voces de ellos y demandar condiciones apropiadas, pero fundamentalmente la libertad inmediata e incondicional, ya que no han cometido ningún delito. Ellos sólo han pretendido ejercer su derecho a la libre expresión en beneficio de nuestro pueblo.
Eminencias:
Depositamos grandes esperanzas en las gestiones del Santo Padre Benedicto XVI ante las autoridades de Cuba, así como la intercesión de Sus Eminencias, a fin de que los prisioneros de conciencia de los 75 encarcelados durante Marzo de 2003 sean liberados inmediata e incondicionalmente, así como los demás prisioneros políticos pacíficos cubanos y, mientras esto no ocurra, ellos tengan asistencia religiosa, tratamiento médico y condiciones de prisión adecuados.
Reciban nuestros votos porque logren sus objetivos evangelizadores y contribuyan al avance de la democracia y el respeto de los derechos humanos en Cuba.
DAMAS DE BLANCO
Mensaje del MCL a los Obispos de la CELAM reunidos en Cuba
MENSAJE A LA XXXI CONFERENCIA DE OBISPOS LATINO AMERICANOS
Movimiento Cristiano Liberación
VUESTRA VOCACIÓN ES LA LIBERTAD (Gal 5, 13.)
Movimiento Cristiano Liberación
VUESTRA VOCACIÓN ES LA LIBERTAD (Gal 5, 13.)
Queridos pastores de Latinoamerica:
Bienvenidos a nuestra Patria. Esta reunión de los obispos de
Latinoamerica se celebra en un país tomado por mucho tiempo y por
muchos, solo como símbolo. Este símbolo vara de significado
dependiendo del prisma con que se nos mire. Para muchos Cuba ha sido
el santuario de su ideología, mientras a un pueblo entero se le
amordaza y encadena a nombre de esa ideología. Para otros Cuba ha
sido el ideal de liberación, mientras que para los cubanos la
libertad ha sido el derecho mas negado y mas anhelado en muchas
décadas. Para otros, una frontera desde donde pueden jugar a la
confrontación con el norte, mientras los cubanos solo queremos vivir
dignamente, como nación independiente y libres, pero en paz con
todos los pueblos, también con nuestro vecino del norte. Para otros,
Cuba ha sido la nación desahuciada, porque supuestamente acepta la
realidad del totalitarismo, mientras que este, nuestro pueblo,
aunque no ha dejado de amar y generar obras buenas que no pueden
borrarse, jamas ha escogido vivir en el orden sin derechos que se le
impone. Otros hablan de los cubanos de adentro y de los de afuera,
como si fueran dos Cuba, desconociendo que la separación y el
destierro han sido el castigo mas doloroso infligido a los cubanos,
precisamente por que todos somos un solo pueblo, inseparable e
indivisible, con un solo corazón, y un mismo dolor y una misma
esperanza, hijos de una misma madre, la Virgen de la Caridad. Ojala
no se nos mire mas a través de ningún prisma deformador, sino
directamente ,y entonces, se descubrirá que no somos una revolución,
ni un símbolo, ni la culminación de una ideología, ni un
experimento, ni una frontera de la historia, sino que somos:Mas de
once millones de seres humanos, de hijos de Dios y que por eso
tenemos derecho a los derechos.
Hijos de Dios y por eso con la misma vocación de amor, de fraternidad, de justicia, de paz y libertad que todos los seres humanos y todos los pueblos del mundo.De la misma manera, casi siempre juzgada y señalada por muchos, ha sido tratada nuestra Iglesia, todos los cristianos en Cuba, de todas las denominaciones, que no alardeamos del poder que nunca hemos tenido, ni buscado, sino de la persecución que hemos soportado. Persecución ante el silencio, la ausencia de solidaridad y hasta las justificaciones y la complacencia de algunos. Entre esos, aquellos que con teorías y hasta con teologías, excluyeron del alcance de la liberación a los que somos sometidos por la opresión a nombre de la ideología marxista o de la “revolución”. Aun lo siguen haciendo otros, en todas las latitudes y meridianos, a nombre de sus ideologías. Hemos sido como un espectáculo para el mundo. Pero Jesucristo libera a todos y el Evangelio no excluye a nadie. Dios no niega a nadie la libertad y la dignidad, pues da Su Amor a todos, creyentes y no creyentes.Nuestra sociedad sufrió y sufre aun, el atentado perverso de la descristianizacion forzosa, iniciándose bajo el lema de que “la religión es el opio de los pueblos”, pero el pueblo descubrió que los que quieren expulsar a Dios de la historia y de la vida, solo preparan deslealmente la cultura del miedo y el ambiente propicio para instalar una forma de esclavitud. Del Evangelio hemos aprendido que la Iglesia, no puede callar su voz profética cuando a hombres y mujeres se les oprime y se les niegan sus derechos y la libertad. No deben callarse los cristianos y tampoco deben callarse todas las victimas, que son los primeros llamados a reclamar sus propios derechos y así, como anunciaba el Papa Juan Pablo II ; “ser protagonistas de su propia historia”. Eso es liberaciónProclamamos una verdad: La Iglesia en Cuba, oprimida como su pueblo y pequeña, en medio de la persecución, las injerencias, las amenazas y presiones mas diversas del poder político, fiel a Jesucristo, siempre ha evangelizado y siempre ha tenido un lugar para aquellos que no tienen lugar.En Latinoamrica, desde hace mucho tiempo, los pueblos buscan un orden mas justo que permita a las muchedumbres marginadas, ascender a una vida mas digna y ya se logran cambios por las vías cívica y no por la violencia.
Pero si a nombre de la justicia social y la redención de los pobres, a los ciudadanos se les arrancan o se les niegan la libertad de expresión y los demás derechos políticos y civiles, entonces se tiende una trampa a los pueblos y se les quita el derecho por el que pudieron antes decidir democráticamente los cambios que deseaban. Cuando esto sucede, los pobres ya no tendrán, como no tienen en Cuba voz, ni siquiera para decir que son pobres. La democracia no es real si no es capaz de construir la justicia. Y la justicia ni es verdad, ni se puede conquistar, si se niega a los ciudadanos la libertad y los derechos civiles.Muchos cubanos hermanos nuestros, hoy están encarcelados injustamente, por proclamar y defender los derechos de los cubanos, por promover el dialogo y la reconciliación, por impulsar cambios pacíficos para que las leyes respeten los derechos de todos los cubanos, inspirados en ese sacerdote cubano, ejemplar por su santidad y patriotismo, que se llamo P. Félix Varela. Estos prisioneros confinados junto a prisioneros comunes, en condiciones inhumanas, sufren un galopante deterioro de su salud. Desde la prisiones, ellos dan un testimonio de la presencia de Jesucristo en sus vidas, que han sido consagradas a la liberación de su pueblo por amor. Nuestros hermanos prisioneros y todos nosotros, durante estas jornadas, oraremos por ustedes y con ustedes, nuestros pastores latino americanos, para que también esta, su Treinta y una reunión, sea iluminada por el Espíritu Santo.Hoy se sentencia a nuestro pueblo con la doctrina de que la única alternativa a este orden es la muerte. Así se pretenden cerrar las puertas
del futuro, con una muralla fatalista de odio y de miedo. No obstante, lo que prevalece en el corazón y la mente de los cubanos, creemos que de todos los cubanos, de todas las posiciones políticas y experiencias, es el deseo de cambios, de reconciliación, de sanarnos por el perdón, de mirar hacia delante y construir, como hombres y mujeres libres, la paz. Lo haremos construyendo una sociedad mas justa, mas fraterna y mas humana, tomando todo lo bueno que se ha creado con amor y dejando atrás lo que nos divide, nos oprime y nos niega los derechos. Solo podemos lograrlo como dijo nuestro apóstol José Marti: “con todos y para el bien de todos”. Eso es liberación.Liberación que no puede ser desde el odio, ni con el odio, ni negando al prójimo, ni excluyendo a ningún ser humano, sino por amor y reconociendo en cada cubano, en cada ser humano a un hermano. En este camino; nuestro movimiento trabaja, en medio de la persecución, por el Dialogo Nacional, por el reconocimiento legal de todos los derechos para todos los cubanos y por la Reconciliación Nacional. Nuestro pueblo nada sumergido en las sombras, pero sabiendo que existe la luz y caminando hacia su encuentro. Es la luz de Dios, que ilumina los corazones, esa es la fuente de la esperanza de los cubanos y de su liberación
Vuestra vocación es la libertad, y por la misma causa, la nuestra también.
Hijos de Dios y por eso con la misma vocación de amor, de fraternidad, de justicia, de paz y libertad que todos los seres humanos y todos los pueblos del mundo.De la misma manera, casi siempre juzgada y señalada por muchos, ha sido tratada nuestra Iglesia, todos los cristianos en Cuba, de todas las denominaciones, que no alardeamos del poder que nunca hemos tenido, ni buscado, sino de la persecución que hemos soportado. Persecución ante el silencio, la ausencia de solidaridad y hasta las justificaciones y la complacencia de algunos. Entre esos, aquellos que con teorías y hasta con teologías, excluyeron del alcance de la liberación a los que somos sometidos por la opresión a nombre de la ideología marxista o de la “revolución”. Aun lo siguen haciendo otros, en todas las latitudes y meridianos, a nombre de sus ideologías. Hemos sido como un espectáculo para el mundo. Pero Jesucristo libera a todos y el Evangelio no excluye a nadie. Dios no niega a nadie la libertad y la dignidad, pues da Su Amor a todos, creyentes y no creyentes.Nuestra sociedad sufrió y sufre aun, el atentado perverso de la descristianizacion forzosa, iniciándose bajo el lema de que “la religión es el opio de los pueblos”, pero el pueblo descubrió que los que quieren expulsar a Dios de la historia y de la vida, solo preparan deslealmente la cultura del miedo y el ambiente propicio para instalar una forma de esclavitud. Del Evangelio hemos aprendido que la Iglesia, no puede callar su voz profética cuando a hombres y mujeres se les oprime y se les niegan sus derechos y la libertad. No deben callarse los cristianos y tampoco deben callarse todas las victimas, que son los primeros llamados a reclamar sus propios derechos y así, como anunciaba el Papa Juan Pablo II ; “ser protagonistas de su propia historia”. Eso es liberaciónProclamamos una verdad: La Iglesia en Cuba, oprimida como su pueblo y pequeña, en medio de la persecución, las injerencias, las amenazas y presiones mas diversas del poder político, fiel a Jesucristo, siempre ha evangelizado y siempre ha tenido un lugar para aquellos que no tienen lugar.En Latinoamrica, desde hace mucho tiempo, los pueblos buscan un orden mas justo que permita a las muchedumbres marginadas, ascender a una vida mas digna y ya se logran cambios por las vías cívica y no por la violencia.
Pero si a nombre de la justicia social y la redención de los pobres, a los ciudadanos se les arrancan o se les niegan la libertad de expresión y los demás derechos políticos y civiles, entonces se tiende una trampa a los pueblos y se les quita el derecho por el que pudieron antes decidir democráticamente los cambios que deseaban. Cuando esto sucede, los pobres ya no tendrán, como no tienen en Cuba voz, ni siquiera para decir que son pobres. La democracia no es real si no es capaz de construir la justicia. Y la justicia ni es verdad, ni se puede conquistar, si se niega a los ciudadanos la libertad y los derechos civiles.Muchos cubanos hermanos nuestros, hoy están encarcelados injustamente, por proclamar y defender los derechos de los cubanos, por promover el dialogo y la reconciliación, por impulsar cambios pacíficos para que las leyes respeten los derechos de todos los cubanos, inspirados en ese sacerdote cubano, ejemplar por su santidad y patriotismo, que se llamo P. Félix Varela. Estos prisioneros confinados junto a prisioneros comunes, en condiciones inhumanas, sufren un galopante deterioro de su salud. Desde la prisiones, ellos dan un testimonio de la presencia de Jesucristo en sus vidas, que han sido consagradas a la liberación de su pueblo por amor. Nuestros hermanos prisioneros y todos nosotros, durante estas jornadas, oraremos por ustedes y con ustedes, nuestros pastores latino americanos, para que también esta, su Treinta y una reunión, sea iluminada por el Espíritu Santo.Hoy se sentencia a nuestro pueblo con la doctrina de que la única alternativa a este orden es la muerte. Así se pretenden cerrar las puertas
del futuro, con una muralla fatalista de odio y de miedo. No obstante, lo que prevalece en el corazón y la mente de los cubanos, creemos que de todos los cubanos, de todas las posiciones políticas y experiencias, es el deseo de cambios, de reconciliación, de sanarnos por el perdón, de mirar hacia delante y construir, como hombres y mujeres libres, la paz. Lo haremos construyendo una sociedad mas justa, mas fraterna y mas humana, tomando todo lo bueno que se ha creado con amor y dejando atrás lo que nos divide, nos oprime y nos niega los derechos. Solo podemos lograrlo como dijo nuestro apóstol José Marti: “con todos y para el bien de todos”. Eso es liberación.Liberación que no puede ser desde el odio, ni con el odio, ni negando al prójimo, ni excluyendo a ningún ser humano, sino por amor y reconociendo en cada cubano, en cada ser humano a un hermano. En este camino; nuestro movimiento trabaja, en medio de la persecución, por el Dialogo Nacional, por el reconocimiento legal de todos los derechos para todos los cubanos y por la Reconciliación Nacional. Nuestro pueblo nada sumergido en las sombras, pero sabiendo que existe la luz y caminando hacia su encuentro. Es la luz de Dios, que ilumina los corazones, esa es la fuente de la esperanza de los cubanos y de su liberación
Vuestra vocación es la libertad, y por la misma causa, la nuestra también.
Oswaldo José Paya Sardinas , Minervo Lázaro Chil Siret
A Nombre del Consejo Coordinador
Movimiento Cristiano Liberación
La Habana, 10 de Julio de 2007