''Tal hombre merece, no solo respeto, sino también admiración entrañable'', expresó De Céspedes en un texto aparecido en el periódico oficial Granma bajo el título de ``Breve aproximación personal al Che Guevara''.
Céspedes, tataranieto de uno de los próceres de la independencia cubana, profesor del Seminario de San Carlos y San Ambrosio y ex secretario de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), es considerado una de las figuras intelectuales más prominentes de la Iglesia Católica de la isla.
La Iglesia Católica ha pedido reiteradamente al gobierno cubano mayor acceso a los medios de comunicación para difundir la doctrina y los principios cristianos, pero la aparición del artículo del vicario no parece inscribirse dentro de la estretegia pastoral.
Es inusual que la jerarquía católica haga comentarios sobre las autoridades cubanas o figuras revolucionarias, principalmente porque la ideología marxista niega la existencia de Dios.
Según el sacerdote, Guevara cometió excesos en su búsqueda por la justicia, pero no motivado por ``las sinrazones del egoísmo y la ambición desmesurada''.
Guevara cumpliría 80 años el 14 de junio y a raíz del aniversario se ha desatado una alud de artículos de homenaje en la prensa cubana.
Aunque nunca lo trató personalmente, tuvo amigos comunes con el guerrillero que le ayudaron a conocerlo, expresó Céspedes.
''Aunque discrepaba [con Guevara] de la carencia de una metafísica y de su negación de la trascendencia en el marxismo, simpatizaba con el énfasis en el socialismo'', comentó el prelado.
El vicario general dijo que su primer conocimiento del Che fue en 1956 cuando era seminarista y el guerrillero estaba en la Sierra Maestra junto a Fidel Castro.
Posteriormente resaltó la coherencia de Guevara en su vida, aunque ''junto con los datos positivos, se me presentaba una actitud justiciera radical, dura y fría, frente a las debilidades y errores humanos'', comentó Céspedes, quien esta semana fue confirmado como miembro de la Academia Cubana de la Lengua. La entidad la preside el poeta Roberto Fernández Retamar, miembro del Consejo de Estado.
Según cuenta en el texto fue el fallecido Papa Juan Pablo II quien lo condujo a ``una aproximación más justa acerca del Che''.
De Céspedes cita una presunta respuesta de Juan Pablo II aparecida en un periódico en 1998. Según él, alguien le preguntó al Sumo Pontífice qué opinaba del Che y la respuesta sobrevino con ``sencillez iluminadora''.
``No lo conozco a fondo, pero sé que se preocupó por los pobres --habría dicho Juan Pablo II--. Consecuentemente, merece mi respeto''.
El prelado dedica elogios al reciente libro de la viuda del guerrillero, Aleida March, Evocación. Mi vida al lado del Che, al que considera ''insustituible'', y proclama su intención de ''acceder a ese camino testimonial'' para conocer mejor al Che.
''Conocerlo en su médula interior y en las fibrillas del corazón; conocerlo en ese nivel del ser humano en el que se deciden tanto las realidades cotidianas más pequeñas, como las del peso social y visible'', asevera el texto.