Prisión El Guayabo, 20 de enero del 2009
Carta abierta al gobernante Raúl Castro Ruz
Sr. Raúl Castro Ruz:
Que Dios bendiga al pueblo cubano, permitiéndole realizar una transición democrática y pacífica que ponga término al régimen totalitario impuesto en Cuba por Fidel Castro y que usted, con la complicidad del partido comunista cubano (PCC), pretende perpetuar.
El que suscribe, Rolando Jiménez Pozada, víctima de una farsa judicial por medio de la cual se me impuso 12 años de privación de libertad en represalia a mis manifestaciones en defensa del derecho de los cubanos a determinar libre y democráticamente el gobierno del país, por este medio ejercito el derecho que la condición de ciudadano cubano me concede para expresar libremente mi opinión respecto a la conducta y acciones del gobierno imperante en mi Patria.
Con la presente no pretendo ofenderlo ni degradarlo, pues a diferencia de usted, no creo que el fin justifique los medios. Ni me considero con el derecho de calumniar a quienes disienten de mis opiniones políticas, aun cuando violen sistemáticamente los derechos fundamentales del pueblo cubano. Pero los daños causados por usted a los cubanos me imponen el deber de exponer su falsedad sin sutilezas estériles ni omisiones cómplices.
Cuando se recurre a la mentira y la demagogia para ocultar acciones negativas con el interés de evadir la responsabilidad que de las mismas se deriva y confundir a la opinión pública, es porque se está consciente de la naturaleza de la mala acción cometida, y la misma no es consecuencia del error o la imprudencia. Si el que incurre en esta conducta es un gobernante, entonces lo que trata de ocultar es los crímenes cometidos contra su pueblo.
En entrevista de prensa concedida por usted el pasado 18 de diciembre del 2008, durante su visita a Brasil, declaró:
“El mundo sería muy aburrido si todos tuviéramos que pensar igual de todo. La diferencia es una virtud, lo que hay que saber es llevar las discrepancias con altura, respetando a los demás, sencillamente, pero exigiendo que se nos respete.”
Palabras con las que intenta brindar una imagen positiva de usted, haciéndose pasar por tolerante y respetuoso del derecho ajeno. Y que sólo engañan a quienes no han sido víctimas en los últimos 50 años del régimen de servidumbre y opresión que viola sistemáticamente los derechos civiles, políticos y sociales de los cubanos.
Los miles de cubanos fusilados, los miles de cubanos que han sufrido presidio político, víctimas de farsas judiciales con las que se les reprime por disentir con usted y sus cómplices; los miles de cubanos que han muerto ahogados o deshidratados en el intento de poder disfrutar en otro país los beneficios de la libertad que en su patria se les niega. La ausencia de libertad de expresión, asociación y manifestación pacífica, entre otras libertades, son realidades cubanas que demuestran la falsedad de sus palabras.
Lamentablemente, los autoritarios como usted no se conforman con los daños que infligen a sus víctimas, sino que también se niegan a reconocer el derecho de los demás a exigir justicia y a que se les respeten los derechos inalienables a la dignidad humana.
En la entrevista habló de 57 millones de dólares que supuestamente aprobó el Congreso de los Estados Unidos para pagar a los disidentes en Cuba (en realidad los 57 millones fueron aprobados para ayudar al pueblo cubano a realizar una transición democrática, por medio de la cual se establezca un régimen de gobierno que garantice a todos los cubanos por igual el ejercicio íntegro de sus derechos humanos y ponga término al régimen de servidumbre y opresión imperante en Cuba). Con lo cual el gobierno de los Estados Unidos no viola la soberanía de Cuba, ya que el régimen impuesto en Cuba no es expresión de la voluntad soberana del pueblo cubano, pueblo que ha sido despojado ilícitamente por usted y sus cómplices del derecho a determinar libre y democráticamente el gobierno de su país.
Sin embargo, en la entrevista admitió que el gobierno que usted encabeza despilfarra ilegalmente cientos de millones de dólares, que nuestro pueblo con su trabajo produce, en tratar de perpetuar en Cuba un régimen de gobierno que sólo beneficia a quienes los promueven y a sus cómplices. La élite en el poder en Cuba somete a la población cubana a sufrir necesidades y carencias materiales y espirituales, mientras disfruta de privilegios que son costeados con el sufrimiento del pueblo cubano.
Usted, acostumbrado a disponer de los cubanos como si fuéramos siervos cuya única finalidad es la de satisfacer sus deseos, ofende al pueblo cubano proponiendo públicamente el intercambio de los cubanos que sufrimos presidio político en Cuba por los 5 que cumplen sanción de privación de libertad en los Estados Unidos por violar las leyes de dicho país. Con lo cual trata a los cubanos como si fuéramos una mercancía de su propiedad y con la que tiene derecho a lucrar. Conducta que pone al descubierto el desprecio que usted y sus cómplices tienen por el pueblo cubano.
La liberación de los que sufrimos presidio político en Cuba no puede ser calificada por ninguna persona honrada como gesto de buena voluntad, sino como acto de justicia y de reconocimiento del derecho de los cubanos a promover una transición democrática y pacífica en su país y determinar libre y democráticamente el gobierno del mismo. Por lo que ningún estado extranjero tiene derecho a negociar la liberación de los que sufrimos presidio político en Cuba, condicionando nuestra liberación a concesiones al gobierno que ilícitamente impera en Cuba, con las cuales se laceran los legítimos derechos del pueblo cubano a determinar libre y democráticamente el gobierno del país. Los estados que incurren en esta conducta contribuyen a perpetuar el dolor y el sufrimiento de los cubanos.
Ni yo ni ninguno de mis hermanos que sufren presidio político en Cuba aceptaríamos que se nos intercambiara por los 5 que cumplen prisión en los Estados Unidos, pues con ello traicionaríamos al pueblo cubano y nos convertiríamos en cómplices de la tiranía que denigra a nuestra Patria.
Usted y sus cómplices tienen recursos y poder para someter a nuestro pueblo a todo tipo de infamias y sufrimientos. Pero jamás podrán hacernos renunciar a nuestro derecho de ser libres y establecer en nuestra Patria un gobierno con todos y para el bien de todos. El futuro de Cuba es ser libre y democrática, y ustedes no son más que otro obstáculo que el pueblo cubano tiene que vencer en su camino hacia la libertad.
Me despido convocando nuevamente el favor de Dios para los cubanos, rogando para que nos bendiga permitiéndonos disfrutar de la libertad que usted y sus cómplices nos privan.
Patria y Libertad
Rolando Jiménez Pozada
Prisionero político y de conciencia