La Crisis Existencial Cubana:
Caso Extremo de lo que
Por:
Las palabras de Castro sobre la inutilidad de su sistema
han dado la vuelta al mundo en tiempo record. ¿Y por qué? No es un secreto ni
un descubrimiento. Pero sí tocan de lleno a la teoría del estado niñera en la
que el gobierno se hace cargo de casi todos los servicios sociales. Para los
amantes de este sistema la Cuba castrista estaba inmersa en este modelo con un
defecto: Era totalitaria. Fuera de eso les parecía bien el resto, lo cual
explica la tolerancia absurda de un régimen fascistoide disfrazado de
comunista por personas que supuestamente profesaban principios democráticos.
Toca de lleno porque el estado asistencial sin límites al
gasto público, ni a su interferencia en la vida de los demás, es la antesala
de la tiranía.
Hoy el mundo occidental se enfrenta a este problema tanto
en Europa como en Estados Unidos y Japón. Presupuestos inflados, exceso de
empleados públicos, prestaciones sociales imposibles de cumplir sin nuevo
endeudamiento, magro crecimiento económico. Hay una reacción saludable
particularmente en Estados Unidos. Se comprende que la solución no es más
impuestos y más gasto, sino más eficiencia, menos gasto público y más
facilidades para fundar y operar negocios que generen trabajo, riqueza e
impuestos. Ello equivale a desmantelar parte del sistema.
Y es lo que irónicamente Castro se ve obligado a hacer
porque sus mecenas extranjeros ya no dan para mantener la perenne quiebra
fidelista. Es notorio para cualquiera que sepa algo de economía o finanzas que
Cuba ha sido un estado zombi por décadas mantenido por Rusia primero y por
Chávez después con incursiones moderadas de capital español, mexicano y
europeo interesado más que nada en altos rendimientos y un ‘pay back’ rápido
de su inversión para lo cual naturalmente compartieron ganancias con los
‘defensores del pueblo’.
Difícil será obtener inversiones o ayudas cuantiosas. Sus
socios y/o mecenas están demasiado involucrados en sus propios problemas en
Europa o en la preparación de su quiebra como Chávez. Tras 50 años de hacer
cosas absurdas que pagaron el pueblo cubano y los sostenedores económicos de
su régimen, la antigua Unión soviética, los inversionistas ambiciosos, los
prestamistas sin seso etc. llegamos
a una ironía de la historia:
Castro da el paso más drástico para echar abajo su estado totalitario, que
astutamente disfrazó de asistencial, para así engañar a los tontos y disimular
sus desmanes.
No tiene otra porque en Cuba la emisión de papelitos disfrazados de moneda tampoco da para más. No puede seguir pagando sueldos a gente que no produce nada porque nunca se les dio la oportunidad de hacerlo ni se les enseñó cómo. Y la inflación ya existe en Cuba. Basta comparar los precios de los mercados libres con los de la escuálida libreta que debe su magro contenido a la falta de dinero para subsidiar.
El momento es propicio para que se cree una nueva Cuba
basada en algo razonable y no en un socialismo recalentado con el añadido de
libertades civiles. Esta última modalidad es la aspiración de muchos cubanos
desengañados con el marxismo que forman parte del sistema o se han
acostumbrado a él. No hay de donde sacar amigos, y hasta su propio
coma-andante lo admite. Y encima la tendencia en el mundo va en contra del
socialismo ineficiente simplemente porque NO produce y ya vamos para los 7
billones de habitantes del planeta. China e India, el 40% de la humanidad han
abandonado el planeamiento central absoluto dando cabida a la empresa privada
porque el dirigismo económico de factura soviética no puede darle de comer a
sus enormes poblaciones. En Estados Unidos las elecciones que se avecinan
tienen un tema muy claro: Gobierno desbordado en gasto y tamaño, que hay que
reducir. Ayuda a la pequeña empresa en vez de obstáculos.
El hecho de que Castro tome una medida que hubiera tenido
que implantar un gobierno no totalitario es de justicia divina. Imaginemos las
críticas a un gobierno democrático que lo hiciera: De capitalismo salvaje para
arriba. Ahora, el salvaje es Castro con el agravante de que va a despedir a
los más infelices y no a sus burócratas más fieles. Y como hemos dicho muchas
veces olvidarse del modelo chino. No contamos con un océano por medio,
1,200 millones habitantes y armas nucleares. Realidades todas que facilitaron
las relaciones de potencia a potencia entre los Estados Unidos y China. De ahí
salió la inversión americana masiva a pesar de que se mantuvo un sistema
marxista en apariencia y capitalista en el fondo aunque carente de libertades
públicas.
Cuba es un país estratégicamente ubicado, feraz, con buen
clima y una emigración que sí se parece a la China---factor vital en su
desarrollo reciente--=en cuanto a capacidad de emprender y tener éxito.
Podemos aspirar a un excelente desarrollo si Cuba crea un sistema que respete
a sus ciudadanos y por ende a los inversores extranjeros. Pero ni Raúl Castro
y su camarilla tienen vocación o capacidad para crear el necesario estado de
derecho y un clima de inversión favorable, contiguo al mayor mercado del
mundo.
La liquidación del socialismo en Cuba se beneficiaría de
un movimiento de carácter popular con objetivos similares en Estados Unidos y
ello está en marcha. Hay razones para ser optimistas si nos aliamos con los
que tienen los mismos objetivos. La verdad del desastre cubano refuerza los
argumentos de los reformadores americanos y da un rotundo mentís a los
defensores extranjeros de Castro y sus métodos. Pero para arreglar el desastre
cubano no podemos andarnos con medias tintas y aceptar compromisos a medias.
Precisa avocarnos a decir la verdad descarnada en forma serena y razonada para
reformar el país con ella. Debe ser compañera inseparable. No requiere
estridencias. Tan solo presentar hechos y derivar conclusiones. E incluye
decir la verdad sobre el desastre familiar y moral que nos legó Castro pues
sin familia no hay ciudadanos ni nación. Esto hay que reconocerlo y
remediarlo. ¿El peligro? Creer que el problema es político solamente y no
estructural y moral, dejar que los creadores del desastre cambien de casaca,
busquen socios extranjeros de su misma calaña y sigan gobernando con otra
música pero la misma letra puesta de moda durante cincuenta años por el
egoísta máximo: Yo primero y los demás que se aguanten. Hay mucho que hacer y
pensar con serenidad y a fondo.