"LOS VIAJES A CUBA"

Por JosŽ Mart’.

 

Nos trajo aqu’ la guerra y aqu’ nos mantiene el aborrecimiento a la tiran’a, tan arraigado en nosotros, tan esencial a nuestra naturaleza, que no podr’amos arranc‡rnoslo sino con la carne viva!

 

... ÀA que hemos de ir all‡ cuando no es posible vivir con decoro ni parece aun llegada la hora de volver a morir?... ÀA que ir’amos a Cuba? A o’r chasquear el l‡tigo en espaldas de hombre, en espaldas cubanas, y no volar aunque no haya mas armas que ramas de ‡rboles, a clavar en un tronco para ejemplo, la mano que nos castiga?

 

ÀVer el consorcio repugnante de los hijos de los hŽroes, de los mismos, empeque–ecidos en la impureza, y los vicios importados que ostentan, ante los que debieran vivir de espaldas a ellos, su prosperidad inmunda?

 

ÀSaludar, pedir, sonre’r, dar nuestra mano, ver a la caterva que florece sobre nuestra angustia, como las mariposas negras y amarillas que nacen del estiŽrcol de los caminosVer un bur—crata insolente que pasea su lujo, su carruaje, su dama, ante el pensador augusto que va a pie a su lado, sin tener de seguro donde buscar en su propia tierra el pan para su casa?

 

ÀVer en el bochorno a los ilustres en el desamparo a los honrados en complicidades vergonzosas al talento en compa–’a impura, a las mujeres sin los frutos de su suelo, al campesino, que tiene que ceder al soldado que ma–ana lo ha de perseguir, hasta el cultivo de sus propias ca–as?

 

ÀVer a un pueblo entero, a nuestro pueblo en quien el juicio llega hoy a donde lleg— ayer el valor, deshonrarse con la cobard’a o el disimulo? Pu–al es poco para decir lo que eso duele. Ir, a tanta vergŸenza! Otros pueden:

 

ÁÁNOSOTROS NO PODEMOS!!

 

JosŽ Marti

10 de Octubre de 1887