LA HABANA, noviembre /
www.cubanet.org - 2) Exigencias, expoliación y la historia del tabaco
Juan Carlos Linares, Cuba-Verdad
Cuando Cristóbal Colón desembarcó en Cuba en 1492 ya hacía
mucho tiempo que los aborígenes fumaban sus tabacos, pero lo que nunca
imaginaría ni el más intuitivo de los caciques, incluido Hatuey,
es cuán lucrativo sería ese negocio luego de tres siglos de esclavitud y casi
44 años de opresión totalitaria.
La industria del tabaco es un monopolio exclusivo del Estado
cubano. Acopio del Tabaco es la única entidad encargada de recoger y pagar el producto
a los agricultores privados, 150 pesos por quintal (100 libras) de hoja en
bruto (sin despalillar) y un estímulo adicional en "chavitos"
(pesos convertibles) para los que sobrecumplan el
plan dispuesto por la entidad estatal.
Un campesino tabacalero de Báez, localidad ubicada en el
municipio Placetas de la provincia Villa Clara, recolectó 20 quintales, sobrecumplió el plan, y recibió tres mil pesos y 70 chavitos, cinco meses después de concluida la cosecha,
debido a trabas burocráticas. Al igual que otros, vende clandestinamente y a
mayor precio una pequeña cantidad de tabaco en el mercado negro.
Con estos recursos financieros prepara la tierra, compra las
semillas, cuida las plantas y mantiene a la familia todo el año.
Recientemente, la dirección de la Asociación Nacional de
Agricultores Pequeños (ANAP) les exigió a los tabacaleros donar un por ciento
del dinero recibido como estímulo a los damnificados por los dos últimos
ciclones que azotaron la provincia Pinar del Río. Además, se les amenazó con
ocuparle las tierras a los que no entregaran la porción estipulada del sustento
familiar, como frijoles, viandas, vegetales, carnes y leche.
También los obreros tabacaleros son expoliados. En una
jornada de ocho horas deben producir entre 100 y 200 tabacos como norma, lo que
representa un salario promedio de diez pesos diarios. El estímulo en "chavitos" oscila entre el cinco y el diez por ciento
del salario mensual, pero obtenerlo requiere cumplir los parámetros técnicos y
participar en todas las actividades políticas de apoyo al gobierno.
En la actualidad, la mayoría de ellos son mujeres. Una
torcedora de la fábrica H. Hupman debe fabricar 150
unidades diarias de Romeo y Julieta, para un salario mensual de 270 pesos. El
tabaco mal torcido no se paga. Al igual que muchas de sus compañeras, saca
tabacos de la fábrica escondidos en su ropa interior para luego venderlos en el
mercado negro, principalmente a los turistas extranjeros.
De un quintal de hojas de tabaco en bruto se obtiene aproximadamente el 60 por ciento de tabaco limpio, cantidad con la cual se tuercen alrededor de 1,500 Romeo y Julieta, 60 cajas. Cada caja de esta vitola se vende en 370 dólares en las tiendas del Estado, por lo que el rendimiento por quintal de tabaco es de 22,200 dólares, mientras el costo de producción no sobrepasa los 200 dólares.