CORRUPCION EN LA CUPULA EMPRESARIAL CUBANA
Por
Wilfredo Cancio Isla El Nuevo
Herald Miami Florida E.U. La
Nueva Cuba Febrero 17, 2004
Un
enmarañado caso de corrupción, trasiegos ilícitos y concesión
indebida de licencias mercantiles para operar en Cuba, ha tocado a
las puertas de la corporación CIMEX, el mayor consorcio empresarial
de la isla, poniendo al desnudo la complicidad de altos funcionarios
de la cúpula estatal con sucursales de firmas
extranjeras.
Aunque el
gobierno de La Habana ha mantenido hermético silencio sobre el caso,
fuentes del Ministerio de Comercio Exterior (MINCEX) confirmaron a
El Nuevo Herald que tras una larga investigación policial están
siendo procesados al menos una decena de funcionarios, entre ellos
Gabriel Villar, director de gestión empresarial externa en el
MINCEX; Arnaldo Vega, directivo de CIMEX y reconocido como artífice
de la libreta de racionamiento; e Iván Esteva, gerente cubano de la
firma española Provimar S.A.
''El caso está
tapado, pero es mucho más escandaloso que el de [el holding
turístico] Cubanacán'', aseveró desde La Habana un funcionario del
MINCEX que pidió anonimato.
Los tropiezos de
Cubanacán, destapados internacionalmente a finales del pasado año,
parecen ser apenas una punta del iceberg de las corruptelas que
navegan en el ámbito empresarial cubano. A pesar de que La Habana
desmintió las implicaciones de Cubanacán en un ''caso de
corrupción'', su presidente, Juan José Vega Vega, fue separado del
cargo y permanece a la espera de un posible procesamiento penal,
además de habérsele sancionado como militante del Partido Comunista
de Cuba.
'Ahora están
apuntando a `chivos expiatorios' para proteger a la 'gente gorda' de
la nomenclatura y a los empresarios extranjeros'', agregó la
fuente.
Fundado en 1978,
CIMEX es un gigantesco conglomerado empresarial que reportó el
pasado año ingresos de $1,012 millones. Cuenta nacionalmente con
1,500 tiendas, gasolineras, cafeterías y otras unidades de venta al
público. Entre sus 80 compañías figuran Transcimex (dueña de la
compañía naviera Melfi Marine en Panamá), Inmobiliaria CIMEX,
Havanatur, Havanautos, Banco Financiero Internacional, la
discográfica Abdala y la casa de modas La Maison.
Su presidente es
Eduardo Bencomo Zurdos, un urólogo que atendió por años a Fidel
Castro, quien lo considera su amigo personal y hombre de absoluta
confianza.
En la asamblea
de balance anual de CIMEX, a comienzos de este mes, Bencomo llamó a
''intensificar las acciones para fortalecer y consolidar un clima de
control y honradez en sus instalaciones'', sin que oficialmente
trascendieran detalles sobre las irregularidades en la
megacorporación cubana.
Las evidencias
ponen al descubierto pugnas entre Provimar S.A. y el grupo
corporativo Weitnauer para controlar la comercialización en las
tiendas nacionales libres de impuestos (conocidas como duty free),
las que se utilizan para desviar grandes lotes de productos hacia el
mercado clandestino interno con la anuencia de funcionarios
cubanos.
La feroz
competencia entre esas firmas foráneas por monopolizar el mercado
duty free se explica por los dividendos derivados de operaciones
ilícitas.
''La verdad es
que los mercados de duty free y venta a bordo son muy pequeños y,
sin embargo, las facturaciones de suministros resultan enormes'',
explicó un ex contador de las tiendas CIMEX. ``De cada factura de
Provimar a esos mercados una parte se queda en ellos, pero la mayor
se desvía hacia las tiendas de CIMEX fuera del aeropuerto, sin
contabilidad alguna''.
Así se ha venido
fraguando una compleja red de contrabando entre las firmas
proveedoras extranjeras y los establecimientos del mercado interno
que operan en moneda convertible en la isla.
''Es muy
sencillo'', agregó la fuente. 'Las tiendas del mercado interno en
divisas venden mercancías que no están oficialmente registradas en
los inventarios, y los ingresos netos van a parar a los bolsillos de
los `pejes gordos' y los administradores que entran en este
cambalache''.
De acuerdo con
testimonios de antiguos empleados de Provimar en La Habana y
documentos en poder de El Nuevo Herald, el conflicto detonó a
principios del 2003, cuando Esteva comenzó a realizar, a nombre de
Weitnauer de México, las gestiones para suplantar a Provimar como
proveedor del mercado libre de impuestos en la isla.
Esteva se
dirigió al Banco Financiero Internacional para cumplir el encargo de
Weitnauer México: ''el cierre de la cuenta número 4434 de Provimar y
abrir de inmediato la cuenta ... de Weitnauer'', según una carta del
pasado 8 de abril, firmada por el empresario Oscar Casanueva
Martínez, presidente de Weitnauer México.
Interrogado
telefónicamente por El Nuevo Herald, Casanueva aseguró que
''Weitnauer México no tiene operaciones en Cuba''. y dijo que su
gestión se limitaba a cumplir un trámite en representación del grupo
suizo Weitnauer, pionero mundial en el mercado duty free, que en
octubre del 2003 cambió su denominación por DUFRY Group.
Si Esteva pudo
emprender su doble gestión fue porque --como gerente de Provimar--
contaba con autorización para operar la cuenta de esa firma y, al
mismo tiempo, ya había sido designado gerente de la sucursal de
Weitnauer en Cuba.
Las autoridades
cubanas se alarmaron con las extracciones de efectivo que Esteva
comenzó a realizar, y lo arrestaron pensando que planeaba desertar.
Pero en realidad se trataba de una maniobra para usurpar la licencia
de Provimar a favor de Weitnauer.
Desde fines de
febrero se había aprobado el alta de Weitnauer en el Registro
Nacional de Sucursales y Agentes de Sociedades Mercantiles
Extranjeras, lo cual contó con el aval decisivo de Bencomo para el
expediente del MINCEX.
Bencomo no tuvo
objeción a que Weitnauer México reemplazara a Provimar S.A.,
alegando que esta última ``pertenece al grupo
Weitnauer''.
Pero la
afirmación de Bencomo resulta inexplicable a estas alturas, pues ya
desde 1998 la empresa española no pertenecía al grupo Weitnauer,
como aseveró el presidente de Provimar, Juan Sunet, en su carta
aclaratoria al Ministro del MINCEX, Raúl de la Nuez.
Sunet no
respondió llamadas realizadas a la sede de Provimar en Barcelona
para que comentara sobre el asunto.
En su misiva,
Sunet se mostró desconcertado ante la cancelación de la licencia de
Provimar en la Cámara de Comercio de Cuba y la entrada en
operaciones del imperio Weitnauer. Asimismo, el empresario español
explicó que su firma había iniciado actividades comerciales en Cuba
hacia 1995, mediante un contrato de abastecimiento para la venta a
bordo de Cubana de Aviación, y se afianzó en 1999, cuando suscribió
con CIMEX ``un contrato de suministro preferente de los productos
internacionales para las tiendas duty free de todos los aeropuertos
de Cuba''.
Un contrato
similar se mantiene desde 1998 con Habaguanex --compañía presidida
por el historiador Eusebio Leal-- para abastecer a la terminal de
cruceros de La Habana.
Ante los
reclamos de Sunet, el funcionario Villar dio marcha atrás y ratificó
a Provimar ''la continuidad ... de las actividades comerciales que
le han sido autorizadas según licencia'' [publicada en Gaceta
Oficial Ordinaria 61, septiembre 3, 2001].
Sin embargo, la
''rectificación'' de Villar no impidió que Weitnauer prosiguiera sus
operaciones comerciales en Cuba, pese a carecer de una licencia
válida.
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